Gimnasia y la decisión de seguir en la “B”: HAY QUE ESPERAR UN “CACHO”…

Todavía resuenan los ecos cabilderos de si se iba “Popeye” Herrera y quién sería su remplazante. Pero al igual que todo, TODO PASA, y alguien se va (o se tiene que ir) y alguien siempre llega. Por eso su presidente como uno de los conferencistas guardó discreción oportuna, como reparó en el respeto debido a un hombre de la casa, Marcelo Herrera, un icónico jugador que germinó en las canteras de Luján. 

¿El show debe continuar, dicen? Bueno, entonces debemos dar vuelta la página, para observar a la figura casi ciclópea del nuevo entrenador. En principio su figura nunca pudo pasar desapercibida, tomando en cuenta su estatura asemejándose a la de Andy Bullentini también rosarino. Como el porte de luchador titánico, como el tanque López, aquel jugador y técnico del 87/88, quién no pudo junto con Antonieta en principio y demás, poder parar a un Gimnasia que terminó yéndose por el túnel oscuro. 

¡Válgame Dios con esta referencia!, pero igual sirve para conocer personalmente a ese nuevo personaje de esta historia. Porque no es cuento lo que dicta su curricula profesional, que provocó elogios y rótulos recurrentes como, “El señor de los ascensos”,” El ascensor Sialle” “El cacho de Talleres”, y demás palmarés. 

Pues bien, en el fútbol los títulos siempre se revalidan, como que nunca llegamos, y siempre estamos llegando. Acaso sea por eso que una rueda de prensa, solo haya durado veinticinco minutos, algo casi protocolar con sus preguntas de rigor y de cliché, como formales y medidas. Pareciera que hasta los periodistas estuvieran apurados, como los directivos e hinchas, para que de una vez por todas se inicie EL REGRESO DEL LOBO. 

Y esto sin dudas, dispensará del esfuerzo de todos, como no se cansa de pregonar su eslogan de campaña, GIMNASIA ES DE TODOS. De su historia, su mística, su prestigio, su pueblo, de todos a los que les pertenece un pedacito del club, que nació por la calle Lamadrid y se dispersó por los barrios, para transformarse un día en EL ORGULLO DE JUJUY. Cacho Sialle por lo pronto, sabe de batallas ganadas sentado en el banco y pergeñadas en la semana sobre el campo. 

No es nuevo para él oler en el ambiente ansiedad, temor, y dudas, como pasa siempre en ocasiones semejantes. Sin embargo, no se inmutó al saber que venía a Jujuy para arremangarse y ponerse manos a la obra. 

Acaso estemos en un correlato de algo, o del inicio de una franca recuperación de una fama perdida, como cuando venir al norte era frenar pretenciosos bríos forasteros, en donde había que estar preparados para la gloria o el cadalso. Cacho de Rosario, ahora tendrá que convertirse en el cacho de Gimnasia y Esgrima, el de la gente y el de una provincia que sustenta un sentimiento de TODOS. 

La leyenda del lobo de Jujuy continúa aún en estos tiempos febriles, cambian los actores pero no los lugares comunes a sus sueños y desvelos. Las tácticas y filosofía de vestuario quedarán al margen, cuando el capricho de la pelota ruede junto a las pasiones encontradas dentro de una cancha. Todos deberán poner un cacho de todo. Los jugadores especialmente su entrega, junto al empuje de su gente, y los anhelos de siempre. Nadie quedará exento de nada, todos serán importantes en una causa y cruzada futbolera. Después será cuestión que cacho Sialle haya venido con su buena estrella a estos pagos. Un cacho de suerte ayuda siempre a los que colaboran con la diosa fortuna, y sin dudas Gimnasia lo necesitará a partir de ahora. Será cuestión entonces, de ESPERAR UN CACHO, a ver que pasa…